Y ahora, con el rechazo por el alto Tribunal de las querellas, ¿qué pasa? ¿Ya ha dejado de ser noticia lo de Bono? ¿Qué tiene que hacer el presidente del Congreso para limpiar su imagen? En las hemerotecas quedará la sospecha de su culpabilidad, pero no de su inocencia.
La ultraderecha, apoyada por el PP y por decenas de medios de comunicación, sobre todo los cavernarios que tienen su nido en la Comunidad de Madrid, se lanzaron en tropel contra el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono como perros de caza que ven la pieza a su merced. Ríos y ríos de tinta, de palabras esparcidas por las ondas y de imágenes de televisión intentaban destrozar la imagen pública del que fuera presidente de Castilla-La Mancha, al que no le perdonan no ya que sea socialista, sino sobre todo que siendo socialista, sea católico.
El jueves, tras conocerse la noticia, nadie se ha hecho eco con la profusión de antaño de la misma. No ha dimitido nadie y nadie ha pedido perdón, está claro que en España todo sale gratis, sobre todo a los de siempre.
Pero lo que es ya de juzgado de guardia es que representantes de ese partido que aspira a ser Gobierno siga en su política de tirar la piedra y esconder la mano (recordemos acusaciones a jueces, policías, ministros, periodistas, etc…, todas ellas falsas) y que nadie les pida responsabilidades. Y si como muestra basta un botón solo hay que pulsar aquí y se puede leer la web del PP en Miguelturra, todo un ejemplo de imparcialidad.
Bono ya se ha mostrado muy alegre por esta decisión judicial y ha calificado a los denunciantes de ser un “grupo delincuentes y calumniadores”
La propia Sala del Tribunal Supremo se lamenta de que los querellantes hayan pretendido llevar a cabo “una inquisición general sobre todas las subvenciones o ayudas que las citadas sociedades y personas hayan percibido de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, sin que conste que los propios órganos de fiscalización de las mismas hayan detectado alguna irregularidad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario