Queda ya poco para que Rodríguez Zapatero desvele el nombre de la persona que ocupará el sillón que deja vacante Celestino Ciorbacho y tan sólo él y la persona elegida saben de quien se trata.
Cuenta la leyenda que el alma de aquellos que ha ocupado el sillón de Trabajo nunca han abandonado el edificio de Nuevos Ministerios y que están condenados a vagar eternamente por sus pasillos.
¿Quiere esto decir que los ministros no tienen alma?, los de Trabajo no.
Celestino Corbacho llegó desde su Hospitalet a Nuevos Ministerios y se topó con el alma de Caldera que acompañada de la de Manuel Pimentel, Rafael Calvo Ortega, Salvador Sánchez-Terán, Luis Martínez Noval, José Antonio Griñán,Manuel Chaves Juan Carlos Aparicio. Javier Arenas y Eduardo Zapalana, se encontraban en el despacho del ministro tomando té frio.
Ahora su alma busca para jugar al dominó a la de Chaves y juntos andan tras Pimentel para convencerle de las bondades de una inmigración controlada en origen. Cosas veredes que ciertas son.