La huelga es un derecho fundamental, entérense de una vez

Ya está bien de sentar cátedra por radios y televisiones. ¿por qué no se callan ya? En Gacetilla estamos  cansado de que todos los que están criticando a los sindicatos desde las distintas tertulias ultraconservadoras, que cada día abundan más por cierto, estén constantemente dando lecciones de democracia a diestro, y sobre todo a siniestro, cuando en realidad,  no tienen ni pajolera idea de que es la democracia, porque ni la han mamado, ni la conocen y la mayoría de las veces la desprecian.

 

Y decimos  esto porque cuando se acerca la huelga general convocada por los sindicatos para el 29 de septiembre, estos voceros no paran de criticarlos, acusándoles de todos los males que han llevado al mundo a ser una porquería.

 

La última es que los sindicatos van a utilizar todas las armas posibles para IMPEDIR QUE LOS QUE TIENENE EL DERECHO FUNDAMENTAL AL TRABAJO NO PUEDAN EJERCERLO, "ya que", continúan con su reflexión,  “tan derecho tiene el que quiere trabajar como el que quiere hacer huelga”.

 

Desde Gacetilla a todos estos les pediríamos que tuvieran el mínimo decoro e hicieran como está haciendo sabiamente el Gobierno, callar y tener sentido de la democracia.

 

Miren ustedes cavernícolas de salón, EL DERECHO A LA HUELGA SÍ ES UN DERECHO FUNDAMENTAL mientras que EL DERECHO AL TRABAJO, NO.

 

Ya sabemos que les cuesta leer, pero si se leen alguna vez la Constitución Española, podrán comprobar que en su Sección I.”DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y DE LAS LIBERTADES PÚBLICAS”, en su .Artículo 28., se dice:

• Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La Ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad.  (Es decir sólo de los servicios mínimos).

Mientras que en su sección II, “DE LOS DERECHOS Y DEBERES DE LOS CIUDADANOS”, en su Artículo 35, se recoge el derecho al trabajo del que reza:.

• Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo.

Y claro una derecho fundamental está por encima de otros derechos, porque de no ser así,  todos tendríamos derecho al trabajo y todos tendríamos derecho a la vivienda y ese todos, quiere decir todos.

Así que por favor, dejen ya de intoxicar que en Gacetilla sabemos que en eso son ustedes campeones del mundo.

¿Censura, qué censura?

Tiene mucha gracia, si no fuera patético, que quienes han levantado durante toda su vida la bandera de la obediencia ciega y de la sumisión a un líder, los herederos de los que nos han tenido al resto durante más de 40 años callados contemplando su realidad a través del Nodo, vengan ahora a intentar darnos lecciones de libertad y de democracia a los que no pensamos como ellos.

Hago esta reflexión por un incidente, magnificado por la caverna mediática y social de este país, a la que desde cierto partido conservador se les ha dado alas, dinero y medios.

Resulta que hace unos días la cuenta que en la red social Twitter tiene el Gobierno ha decidido dejar de interactuar con dos organizaciones cuya labor  a lo largo del todo el día, era, según aseguran en sus tweets -@desdelamoncloa-, colapsar el trabajo de esta plataforma 2.0, que no es otro que el de informar a la ciudadanía del trabajo que día a día realiza su Gobierno.

Pues bien, desde estos grupos han lanzado una campaña en la que claman por la libertad de expresión “perdida” y dicen sentirse perseguidos mediáticamente por un Gobierno que no respeta “los derechos de las minorías”.

Según  -@desdelamoncloa-, “siguiendo las condiciones de uso que marca Twitter.com, hemos decidido no interactuar con las cuentas @hazteoir y @derechoavivir. Esta acción no supone ni veto ni censura sino que responde a la necesidad de evitar el colapso provocado por ambas en: @desdelamoncloa”.

Y esta vez  tiene razón el Gobierno. Cualquier usuario de Twiter conoce perfectamente que su plataforma está siempre abierta. Cualquier ciudadano puede agregarse a @desdelamoncloa y comenzar a mandarle tweets, es decir, que no puede impedir que nadie lea lo que dice, lo que si puede hacer es no interactuar con esta persona u con esta organización, es decir, no contestarle. ¿Dónde está la censura?

Me da la impresión que una vez más estos grupúsculos quieren “hacerse oír”, que una vez más utilizan como chivo expiatorio al Gobierno, que no lo olvidemos es socialista y por ende, su “diablo” particular.

Las tácticas de estos grupos, y de sus dirigentes, entre los que se encuentra el ‘trepador’ Ignacio Arsuaga Rato, es utilizar cualquier asunto y cualquier medio a su alcance para lanzar una campaña que favorezca sus posiciones, ultracatólicas y ultraconservadoras, muy respetables, pero no únicas. El señor Asuaga conoce perfectamente los métodos y los utiliza sin ningún pudor.

Pero quienes son Asuaga y su gente. Quizá para entenderlo todo sería bueno leer el artículo que el País publicó en 2005 (ver texto). En este artículo se informa que Asuaga y su gente proceden del famoso Foro Español de la Familia (FEF), que nace con la idea de ser una asociación de asociaciones en julio de 1999, cuando en España gobernaba por primera vez el Partido Popular y el presidente se llamaba José María Aznar. Una manera de intentar tener presencia social por parte de la derecha de la que hasta ese momento carecía y que mejor momento de potenciarlo que cuando se está en el poder.

Cuando llega el PSOE al Gobierno, esta asociación es activada y comienza a recibir ayudas de todo tipo. Asuaga funda Hazte Oír en 2001 inspirado en los movimientos ultracatólicos norteamericanos que dieron varias victoria al ex presidente Bush hijo.

Su gran valor, haber estado detrás de todas las manifestaciones contra el Gobierno y haber cuestionado, incluso de manera muy beligerante, todas las leyes sociales llevadas a cabo por el Ejecutivo socialista (ley de matrimonios homosexuales, Ley Orgánica de la Educación…, etc).

Todo esto nos hace intuir que estamos ante el enésimo intento de enmarañar la vida pública española, ahora que parece que se ha conseguido estabilidad con el apoyo por parte del PNV a los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

Nunca en España se habían concentrado tantos grupos y grupúsculos con el único objetivo de dinamitar la presencia progresista en un Gobierno. Que lo consigan o no dependerá de los españoles.

"Si Dios pregunta por mi, decidle que no he nacido"

José Antonio Labordeta ha nacido y ha muerto, y los que seguimos aquí damos gracias a su madre por haberlo parido.

Diría Labordeta que "desdichado de aquel que le llegan las horas de las alabanzas", pero más desdichado de aquel que carece de alabanzas. Como le dijo Emilio Zola al general francés que le acusaba de ayudar con su pluma al espía Dreifus, ese oficial judío acusado de traidor: “¿Yo pregunto al general de Pellieux si no hay distintas maneras de servir a Francia? Se la puede servir con la espada o con la pluma. ¡Sr. general de Pellieux ha ganado seguramente grandes victorias! Yo gané la mía. A través de mis obras, la lengua francesa se llevó a todo el mundo. ¡Yo tengo mis victorias! ¡Yo lego a la posteridad el nombre del general de Pellieux y el de Émile Zola: ella elegirá!", y José Antonio ha sido elegido por la posteridad.

Quizá eso pensamos muchos cuando Labordeta mandó "a la mierda" al ese corifeo carca que se reían y le insultaba cuando interpelaba a ese ministro cuyo nombre no recuerdo ya, sobre el AVE. 

A mí, que tuve la suerte de entrevistarlo en su despacho del Congreso, me llegó a decir con esa sorna socarrona que tenía, que él quería haber disfrutado del AVE para ir y venir desde Zaragoza, pero que él ya no lo vería como diputado.

Labordeta era como esos viejos árboles que se alzan en el camino con su verdad por delante, incapaces de doblegarse ante nada ni ante nadie. Labordeta era Aragón. Labordeta era Andalucía, Labordeta era España, la España verdadera, no la de "ustedes están habituados a hablar siempre porque han controlado el poder toda la vida. Y ahora les fastidia que vengamos aquí las gentes que hemos estado torturados y censurados por la dictadura a poder hablar. Eso es lo que les jode a ustedes, coño, y es verdad joder, Váyanse a la mierda". Labordeta era la España real, para la que él componía y trabajaba.

Un día, hace bastante poco tiempo, dijo alto y claro Labordeta a un ministro: "Lo que importa es el pueblo, procurar por los más humildes y defender la libertad" y el ministro recibió su legado.

"Abuelo", como tú muy bien dijiste "siempre nos quedará la cultura". Que así sea.