Ella que se había desayunado con la “agradable noticia” de que ‘sus sindicatos’, que acababan de anunciar huelga general, le iban a dar a Zapatero hasta en las orejas. Ella, que arropada por su pañuelo falso palestino ya veía como un saco y otro de votos le caían encima a su PP, esta vez gracias al descontento popular, se quedó helada cuando los diarios comenzaron a especular con que la huelga se retrasaba” hasta el 29 de septiembre. Todo un mundo.
Fíjate, le susurraba a sus colaboradores, después del verano, con lo que queda aún. Yo esperaba que salieran a la calle ya.
Y con su enfado a cuestas salió ella a la calle a buscar un micrófono para decir que se ha "sorprendido un poco" de que los sindicatos dejen para otoño la convocatoria de una huelga general y que parece que lo que "están persiguiendo" es "decir que no le hacen la huelga" a Zapatero, sino que "se la hacen a la UE", porque coincide con el resto de protestas que los sindicatos hacen en toda Europa a los gobiernos que llegan con la tijera en la mano.
Y como ya no podía contenerse más, y teniendo en cuenta su representación sindical, aseguró que los sindicatos "se encuentran en una situación muy complicada" y "tienen de alguna manera que salvar los muebles".
Y de pronto se acordó que también tenía que decir lo contrario, como le habían enseñado en los cursos esos de liderazgo que preparan tan bien los chicos de Pedro Arriola, y Cospedal se lanzó a decir que la huelga era mala, que no beneficiaba a España, que en esta situación económica no se podía hacer (….) para acabar con su frase más contundente, aunque dicha con la boca pequeña: "No estamos a favor de una huelga general se la hagan a quien se la hagan".
Y ya metida en plena campaña electoral, como la que lleva el PP realizando desde el año 2000, cogió su pancarta y comenzó el mitin y volvió a afirmar que el PP es el partido que "mejor defiende" a los trabajadores y recordó que con Aznar se crearon cinco millones de puestos de trabajo y que el PSOE, que se denomina "a sí mismo partido de los trabajadores, tiene muy poco de lo que presumir en un momento como éste" porque "no está luchando por lo trabajadores como se merecen", sin olvidarse de criticar la subida del IVA o la luz, o la ruptura de España o la muerte de Manolete, si hiciera falta.
Cospedal está muy contrariada, 'sus trabajadores' le han fallado y el Gobierno se libra durante unos meses de una dura confrontación sindical. Habrá que esperar a la próxima, que será Batasuna y los ayuntamientos, así lo está ya preparando 'papá' Aznar y su asesor en la sombra.
