Si un platillo volante cargado de extraterrestres bajara a la Tierra y escuchara en la televisión que aquí en España un grupo de sesudos jueces y doctores están intentando comprobar si un chaval de raza negra es o no es mayor de edad, pondrían la misma cara que un niño pequeño bebiéndose un vaso de agua con bicarbonato por descuido.
Es la misma cara que imagino está poniendo el presunto pirata cuando cada día le dicen que tienen que trasladarlo de aquí para allá para que se le realicen nuevas pruebas médicas. El chico debe pensar que estos occidentales “están todos locos”.
Y es que el "niño" se nos está haciendo mayor entre las manos. Abdu Willy, que así se llama el "piratita" al que nuestra Justicia estudia como a un Peter Pan cualquiera con la esperanza de que crezca y pueda ser juzgado, estará, imagino, bastante asustado con toda esta historia.
La última aventura, que ríete tú de las de los piratas Barbanegra y compañía, es que la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha solicitado que sea sometido a una nueva prueba radiológica de la clavícula para averiguar definitivamente si es o no mayor de edad y en el hospital madrileño de La Paz, el mismo que hace unos días dijo que no disponía de aparatos para realizar dicha prueba.
Así las cosas, el niño-hombre lleva ya 19 días en nuestro país deambulando de juez en juez, de hospital en hospital y de cárcel en cárcel. Un récord que de seguir así lo convertirá en todo un hombre.
¿Y nosotros somos los seres civilizados?
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