ZP vs MAFO

Dos declaraciones claramente contradictorias se han escuchado hoy en las ondas políticas españolas y las dos de muy alto nivel. Por una parte, el presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, quien ha señalado que todos los datos que él posee anuncian que la  recuperación económica se ha iniciado en nuestro país; por su parte, el Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, quien continúa con su cantinela de que o hay reformas urgentes o no hay recuperación que valga, reformas de las que Zapatero no quiere oír hablar, sobre todo porque cuando se habla de reformas, siempre tocan a los más débiles, los trabajadores.

Para el presidente del Ejecutivo, que ha participado en la mesa redonda; “Trazando el futuro rumbo de España” organizado por la revista británica The Economist, la recuperación económica ya está en marcha en España, aunque advirtió que no se sabe aún con certeza cuándo tendrá el vigor suficiente para crear empleo.

Para el presidente del Gobierno “también en España estamos a punto de registrar datos intertrimestrales positivos. Nos incorporamos algo más tarde a la recesión y saldremos algo más tarde de ella. Y, si tan sólo hace unos meses todos nos equivocábamos al alza en las previsiones, muy pronto veremos cómo, por fortuna, ocurre lo contrario”.

En el momento en el que nos encontramos la principal tarea del Ejecutivo y su principal responsabilidad es, según su presidente, “cómo dejar la crisis atrás, cómo volver a crecer, cómo volver a crear empleo en nuestro país y cómo hacer todo ello, además, sabiendo que no estamos ante una simple sucesión de ciclos económicos, sino ante el desafío de crecer y de crear empleo de otra manera, con un modelo productivo renovado. El presidente descartó cualquier medida unilateral para impulsar el mercado laboral español ya que "siempre hemos defendido que es mejor hacerlo por acuerdo que hacerlo unilateralmente”.

También recordó que el próximo viernes el Consejo de Ministros aprobará el anteproyecto de la Ley de Economía Sostenible que contribuirá a reformar el modelo económico español. Para ello dejó entrever medidas encaminadas a realizar un fuerte ajuste del sector inmobiliario, reducción del endeudamiento del sector privado y la lucha contra el diferencial de inflación con los países vecinos. 


Para el Ejecutivo existen “razones objetivas" que hacen ver la luz sobre un crecimiento de la economía española. Entre ellas, que nuestro país contará durante la próxima década con una población menos envejecida que la media europea, que habrá una incorporación al mercado de trabajo de un mayor porcentaje de licenciados, que contaremos con un capital productivo más moderno, fruto del mayor esfuerzo inversor de nuestras empresas y dispondremos de un tejido empresarial crecientemente internacionalizado con empresas líderes en el ámbito de las tecnologías de la información y su aplicación a servicios como la Sanidad en línea, la Educación o la Seguridad. A esto se debe unir que en los últimos años se ha realizado un gran esfuerzo de inversión pública para reforzar el capital físico e innovador de nuestra Economía.

Por su parte, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), reclamó en la Comisión de Presupuestos del Senado al Gobierno una reforma laboral en profundidad  capaz de facilitar “al máximo” la creación de empleo. Para MAFO es imprescindible innovar en las modalidades de contratación para poder reducir el paro y, sobre todo, reducir la “acusada segmentación” del mercado laboral y para ello debe reformarse la negociación colectiva para dotar a las empresas españolas de la flexibilidad que necesitan para aumentar su productividad.

Para el Gobernador del Banco de España ya no valen los sistemas contractuales rígidos y se deben lo antes posible adoptar medidas que permitan que la organización interna y los costes laborales puedan adecuarse en mayor grado a la situación específica de cada empresa y a la evolución cíclica. Si se hacen “reformas laborales" importantes podremos lograr que comience la recuperación del empleo, aunque el crecimiento de la economía sea bajo.

Ordoñez dijo “sentirse muy contento” del cambio de discurso que, en su opinión, se ha producido en las organizaciones sindicales y en los ministros de Trabajo y Fomento, que ya admiten la posibilidad de negociar una reforma laboral.

Aquí estamos ante dos concepciones diferentes, una proteccionista, la otra liberal. Me da la impresión que si MAFO ha realizado un análisis tan simplista como que el Gobierno acepta sin más cualquier reforma laboral, también se equivoca. Quizá esto sea ya algo habitual.