Ardor Guerrero

“Tres cosa hay en España, que relucen más que el Sol, el paro, la buena siesta y el señor González Pons”. Así dice la cancioncilla que se escucha ya por tierras andaluzas después de leer la diatriba del ínclito personaje conservador sobre la batalla de las Navas de Tolosa de 1212. Dice Pons que él hubiera dado la vida al pelear contra las huestes almohades de Muhammad An-Nasir, (más conocido entre los guerreros castellanos como Miramamolin), en defensa de España.

Y es que el señor González está tan cargado de ardor guerrero como falto de intelecto, a pesar de que cuando abre la boca pretende ilustrarnos como aquellas enciclopedias de Álvarez, vamos que es un auténtico ‘florido pensil’, el caballero.

González Pons

Dice el personaje en su blog de marras que “si a mí me hubiera tocado vivir en 1212, no habría mirado la batalla desde la grada. Junto a los tres reyes, formando parte de sus séquitos de caballeros o de las milicias concejiles o de las órdenes, habría cargado contra los innumerables guerreros del desierto y el parapeto de cadenas y diez mil esclavos del califa. Y quizá habría dado allí la vida o tal vez un año después junto a Pedro II y otros paladines en el combate de Muret. Habría sido un español de mi tiempo, tan honesto y entregado como procuro serlo del presente”.

Andaba el caballero en sus correrías por tierras de moros que se le olvidó que los hijos del islam estuvieron en la península siete siglos, siete, que los anteriores pobladores eran visigodos, es decir, conquistadores alemanes del centro de Europa, que antes había romanos y cartagineses y que España era en 1212 tan España, como Estados Unidos era Estados Unidos antes de 1776. Vamos señor González que tras la batalla de las Navas de Tolosa faltaban aún dos siglos y pico para que el último reino árabe pasara a formar parte de la corona de Castilla y Aragón y desde entonces y hasta 2010 han pasado seis siglos, cosa de las matemáticas y de la Historia.

Nosotros desde Gacetilla seguimos mostrando a estos personajes de los que habría que hacer un bestiario nacional, porque por sus palabras los conoceréis. Qué os apostáis queridos lectores que si el PP llega a la Moncloa lo tenemos de ministro de Educación. Aunque para conservar su ardor guerrero bien podría irse de vacaciones a Afganistán, en lugar de a Melilla, y pasear sus pueblos y ciudades, quizá allí reconozca el verdadero valor de la amistad y tenga la oportunidad de desahogar su ardor guerrero.